El incómodo mal de la culebrilla

Hay condiciones de salud que pueden ser en extremo incomodas. La culebrilla o herpes zóster es una de ellas y la misma implica un mayor riesgo cuando se tiene edad madura. Su tratamiento y prevención tiene algunas peculiaridades, así como las implicaciones reales para la salud del organismo en general. Incluso, en relación a ella se ha tejido toda una mitología que no siempre es real. ¿Ya habías escuchado hablar de esta patología tan desagradable? ¿Te habían comentado en relación a los mitos sobre ella? A continuación toda la verdad sobre este mal.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 1

Esta enfermedad es una secuela del peligroso padecimiento conocido como varicela y que ataca a un cierto porcentaje de la población humana.

Culebrilla

¡No te pierdas el nuevo vídeo de nuestro canal! Al viajar al espacio nuestro cuerpo sufre unas transformaciones bastante considerables que no todo el mundo conoce.

Se le conoce con el nombre científico de herpes zóster y su naturaleza es viral.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 2

Asimismo, recibe en ocasiones el nombre de “El Fuego de san Antonio”, debido a las formaciones que aparecen en la piel producto de la erupción.

Culebrilla

La naturaleza de la condición es de índole neuropático y se presenta con gran molestia para quienes la sufren.

Culebrilla

Esta enfermedad puede tener un período de latencia hasta hacer su aparición luego de algunos años.

Culebrilla

La primera condición para que se dé la culebrilla es haber padecido la varicela. No obstante, haber tenido dicha enfermedad no es garantía de que se manifestará el herpes zóster, aunque si hay una probabilidad.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 3

El tipo de síntomas que principalmente aparecen son unas erupciones bastante dolorosas.

Culebrilla

Además, el mal afecta primordialmente al sistema nervioso periférico. Las ampollas presentan una geometría de anillo y por esa razón recibe el nombre de culebrilla.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 4

La sensación suele ser bastante dolorosa y se han dado casos, en especial en zonas de Latinoamérica, de personas que buscan ayuda de corte mágico religioso.

Culebrilla

Este mal incluso puede llevar a complicaciones mayores, como por ejemplo parálisis motoras.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 5

Adicionalmente, hay más probabilidad de que la condición se manifieste cuando el sistema inmune esta suprimido o es débil.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 6

El diagnostico suele ser muy fácil debido al tipo de erupción tan característica. De igual modo, la distribución geográfica de la enfermedad tiene amplitud mundial y la incidencia varía según la edad.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 7

Es importante señalar que a más madurez existe una mayor probabilidad de que se generen los síntomas típicos del padecimiento.

Culebrilla

Adicionalmente, el cuadro clínico incluye en su primera fase poderosas cefaleas, así como también fiebre y malestar general. Además, se pueden presentar cólicos y alguna situación de índole renal.

Culebrilla

Posteriormente, entre 12 y 24 horas luego de la primera fase, aparece un nuevo estadio de la enfermedad que incluye el clásico sarpullido en la piel.

Culebrilla

Las zonas afectadas son principalmente el tórax, al igual que la región de la cara, donde se puede producir complicaciones ulteriores.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 8

En cuanto al tratamiento de esta dolencia, es importante señalar que no existe cura para la misma que implique la eliminación del virus que la causa.

Culebrilla

Sin embargo, hay formas de palear el malestar. Pueden utilizarse analgésicos, al igual que antivirales que actúan en la línea de aminorar los síntomas.

El incómodo mal de la culebrilla: lo que sabemos y podemos hacer al respecto 9

Adicionalmente, se pueden usar esteroides y ciertos remedios caseros del estilo de los té de hierba mora, así como evitar el stress. Finalmente, existe una vacuna pero su uso apenas comienza y sólo ha sido utilizada en aquellos sectores de mayor riesgo.

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *