4 lecciones de vida increíbles que aprendemos de las hormigas

El sabio aprende hasta de un animal tan pequeño como la hormiga. Este pequeño insecto es muy sabio, tiene una filosofía de vida digna de admiración. Si te sientas a observar una colonia de hormigas, aprenderás muchas cosas, solo por mencionar algunas tenemos:

1. Las hormigas nunca se rinden

Cuando intentan ir a algún lugar y se les impide, ya sea por la acción humana u otro obstáculo, no se detienen, encuentran un nuevo camino. Suben, bajan, se dan la vuelta, pero no cambian su destino. Los humanos nos desmotivamos y perdemos el objetivo con mucha facilidad, las hormigas ni siquiera insisten en destruir un obstáculo, son más inteligentes y piensan en nuevas formas de alcanzar sus propósitos.

2. Las hormigas piensan en el invierno todo el verano

¿Leíste cuando eras niño la historia de la cigarra y la hormiga? La cigarra se pasaba el verano cantando y tocando, mientras que la hormiga trabajaba arduamente. La cigarra se burlaba de su amiga y decía “¿para qué trabajas tanto? ¿Acaso no ves que hay buen clima y abundante comida?”. Pero cuando llegó el invierno y la cigarra moría de hambre y frío, la hormiga tenía provisiones en casa con el calor suficiente.

Las hormigas son planificadores, siempre están apercibidas y se preparan para los tiempos difíciles. No se relajan cuando las cosas van bien, sino que se preparan para seguir creciendo.

3. Las hormigas piensan en el verano durante todo el invierno

Sin embargo, las hormigas siempre están motivadas para seguir adelante, aun en las circunstancias más adversas ¿por qué? Las hormigas se preparan para el invierno, pero saben que es solo una fase, y no dejan que se apodere de sus mentes, pues entienden que pronto llegará el calor y podrán volver a su faena.

De las hormigas debemos aprender que los tiempos difíciles son solo una fase que debemos superar con valentía, pues luego vendrán tiempos mejores.

4. Las hormigas siempre dan lo mejor de sí mismas

Estos insectos nunca dejan de intentarlo, insisten y persisten. Siempre piensan en colectivo y buscan el alimento para todo el hormiguero. Las hormigas no conocen el egoísmo, saben que su esfuerzo individual tiene como objetivo el beneficio de todos. ¡Qué animal tan humilde es la hormiga! Aprendamos de ella.

Los humanos a menudo solo actuamos por conveniencia y si hay intereses de por medio. Nos esforzamos mucho por nosotros mismos y muy poco por los demás. Pero la hormiga sirve a otros y se beneficia al mismo tiempo.

En síntesis, de las hormigas podemos aprender lecciones tan valiosas como: nunca desistir, pensar en futuro, esperar los mejores cambios de la vida y hacer todo lo que esté a nuestro alcance.

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